Skip to content

Sobre mí

Hola

Me llamo Pilar, soy de Madrid, tengo “taitantos” (nací el 28/04/1979), ahora estáis tod@s con la calculadora, que nos conocemos, jajajaja, y me diagnosticaron celiaquía nada más cumplir los 36, concretamente el día 30 de abril de 2015, así que digamos que fue casi “mi regalo de cumpleaños” de ese año. Y sí, aunque no lo creáis fue un regalo, porque por lo menos, lo que me pasaba POR FIN tenía nombre y por tanto digamos que “tratamiento” aunque ya sabemos que NO TIENE CURA, y el único “tratamiento” es la DIETA ESTRICTA SIN GLUTEN.

Hasta ese momento, yo ni sabia lo que era la celiaquía. Lo había escuchado alguna vez, pero, como la gran mayoría, pensaba que “eso era algo de los niños” y si no te lo sacaban de pequeño o así, ya no “te pasaba”. Pues no, se puede ser diagnosticad@ a cualquier edad, eso sí, insistid y, sobre todo, BUSCAD MÉDICOS ESPECIALISTAS.

A mi lo que me pasó es que, de pronto un día, empecé a perder peso, pero a lo bestia, nada de un kilo o dos, no, no, llegué a perder 20 kg en escasamente mes y medio, demasiado para que fuera normal, y sobre todo porque ni siquiera estaba siguiendo ninguna dieta ni intentando perder peso, etc.

Todo me sentaba fatal, vomitaba una media de 20-30 veces por día y otras tantas de ir al baño con unas descomposiciones como nunca en mi vida (y sí, llegué a contarlas porque aquello no era ni medio normal). Fui a la que por aquel entonces era mi doctora de cabecera (ya por suerte no lo es), y tras explicarle lo que me pasaba, sin hacerme prueba alguna ¿para qué? (ironía), lo que me diagnosticó (así al azar) fue anorexia, porque según ella, si eras joven y nerviosa, pues ya está, anorexia, ¡¡¡pa´ qué vamos a pensar más!!!. Así que me volví a casita con mi pedazo de diagnóstico y flipando, y seguí empeorando, perdiendo peso, vomitando cada vez más, perdiendo el pelo porque claro, todos los niveles de todo los debía tener ya fatal no, lo siguiente, y así llegué a quedarme en 45 kg (mido 1,65 con lo que digamos que me quedé que si me vestía de rojo parecía un arañazo). Seguí insistiendo para que me hiciera alguna prueba o algo, porque yo no me provocaba el vómito ni así, y no entendía por qué cada vez que comía me ponía a morir. Bueno pues un día, que en la consulta había una suplente (bendito día), le expliqué lo que me pasaba y me dijo, así de primeras, tienes pinta de celiaca de libro, la tripa, los síntomas que me describes…¿Cómo no te han hecho pruebas nunca? Y yo la miré en plan ¿a mí me lo preguntas?, y sólo le pude decir, según mi doctora soy anoréxica (nunca olvidaré su mirada de espanto), total que la chica me mandó un análisis de sangre y, efectivamente, como pensaba ella, el diagnóstico era eso, celiaquía. Por desgracia la chica sólo estuvo ese día, así que el resultado me lo dio “mi lince”. Y nunca olvidaré su cara de sorpresa cuando lo vio y me dijo, ¡uy!, fíjate!, ¡¡¡razón llevabas tú que era de la comida…Es que eres celiaca!!! Pues nada, eso significa que no puedes volver a comer bollos ni cosas con harina en tu vida. Así, como el que te suelta una sentencia, y eso es la descripción de celiaco que tenía aquella “eminencia”, pero yo en ese momento ni reaccioné, solo fue como, ¿Holaaaa? ¿y te quedas así, tan a gusto, ni un simple lo siento? Así que lo que hice nada más salir de la consulta fue, primero, bajar a cambiar de médico, y después buscar por internet toda la información posible porque no tenía ni idea de lo que eso significaba ni de qué hacer. Por suerte me saltó en los resultados la Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten de Madrid, y contacté con ellos para informarme.

La verdad que me cambiaron la vida. De pronto, no sólo tenía un diagnóstico, sino que además empezaba a saber lo que podía comer, como cuidarme, etc.

Claro está que por el destrozo interno que tenía, la celiaquía no vino sola, venía acompañada de intolerancia a lactosa, a fructosa… vamos que vino todo junto, aunque el tema de la fructosa también merece capítulo aparte, porque digamos que la historia de mi médico de cabecera se repetía con otro “eminente” que, por otro fallo de tratamiento, casi me mata, literalmente. (Por suerte a día de hoy, esa parte ya está superada, y ya “sólo” soy celiaca).

Y por eso he decidido hacer este sitio, para compartir mi experiencia, y recopilar por así decirlo, un poco de información para tod@s aquell@s que estáis ahora pasando por ese camino de médicos, pruebas, incertidumbres, para intentar aportar mi “granito de arena” y animaros porque se puede seguir Adelante Sin Gluten.